Viviendo en la voluntad del Señor - RSSB Satsangs y Composiciones

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Viviendo en la voluntad del Señor

A menudo los maestros dan una misma respuesta a nuestras múltiples preguntas: Cosechamos los beneficios de estar en un sendero espiritual si vivimos conforme a la voluntad del Señor. Los diálogos con los discípulos son más o menos así:

¿Vendrá el maestro a mi encuentro a la hora de la muerte? Si has estado viviendo en la voluntad del Señor.
¿Cómo puedo superar la tragedia? Acepta la voluntad del Señor.
¿Cómo debo vivir mi vida? Vive en la voluntad del Señor.

En la sesión de hoy nos centraremos en dos conceptos acerca de la voluntad:

  • Vivir bajo la voluntad del Señor y seguir las instrucciones del maestro son equivalentes. Son lo mismo.
  • Tenemos la capacidad de elegir entre vivir en la voluntad del Señor o sucumbir a la voluntad de la mente. En otras palabras, la elección está en nuestras manos.

Maharaj Sawan Singh, el Gran Maestro, escribe:

El maestro es la voluntad del Señor personificada o encarnada. Se revela la voluntad del Señor acatando la voluntad del maestro. Pero esto solo se puede comprender a través de un maestro verdadero1.

Aquí el Gran Maestro indica claramente que siguiendo la voluntad del maestro descubriremos la voluntad del Señor. En la vida cotidiana, ¿cómo es posible conocer la voluntad de Dios? Hay tantas religiones, tantas interpretaciones contradictorias de las enseñanzas de los santos. ¿Cómo podemos descifrar la verdad entre todas ellas?

Para enseñarnos a vivir en la voluntad del Señor necesitamos un maestro que haya sido enviado por el Señor. A la hora de la iniciación, el maestro nos dice todo lo que necesitamos saber para alcanzar la realización de Dios. Y lo que es más importante, nos capacita para vivir según la voluntad de Dios dirigiéndonos hacia el Shabad, Nam, Verbo o Logos en nuestro interior. El maestro nos otorga el poder para conocer la voluntad del Señor, así como vivir en ella.

¿Cuál es entonces la voluntad del maestro? Hazur Maharaj Charan Singh nos ofrece la siguiente explicación:

¿Cuál es la voluntad del maestro? Simplemente que seamos firmes en los principios sobre los que tenemos que construir nuestra meditación y atenderla, esa es su voluntad, esa es su enseñanza, esas son sus instrucciones. Esa es la base sobre la que debemos partir. La verdadera voluntad del maestro solo podremos conocerla cuando vayamos más allá del reino de la mente y de la ilusión2.

Hazur afirma que para conocer la voluntad del Señor simplemente tenemos que seguir sus enseñanzas, permanecer firmes en los principios sobre los cuales tenemos que “construir nuestra meditación”. Hazur Maharaj Ji, siempre nos recordaba que tenemos que crear un ambiente de meditación las veinticuatro horas del día, y construir los cimientos para ello con nuestras acciones diarias leyendo libros espirituales, haciendo seva, asistiendo a satsang y aferrándonos firmemente a los cuatro votos que tomamos a la hora de la iniciación.

Pero para conocer verdaderamente la voluntad del maestro debemos ir más allá del reino de la mente y de la ilusión, y esto solo se puede lograr por medio de un riguroso simran y bhajan. El deseo del maestro es que nos sentemos dos horas y media diariamente.

Pero ahora, preguntémonos a nosotros mismos: ¿Quién decide si permanecemos o no en su voluntad? La respuesta a esta pregunta nos lleva al segundo concepto: la elección está en nuestras manos. Debemos actuar como si estuviese en nuestro poder escoger entre vivir siguiendo la voluntad del maestro o vivir siguiendo la voluntad de la mente. ¿Sucumbimos a la lujuria, ira, avaricia, apego y orgullo, o fomentamos la castidad, el perdón, el desapego y la humildad? ¿Utilizamos nuestra debilidad como excusa?

Nos decimos a nosotros mismos que esto no está en nuestras manos: el demonio me ha obligado hacerlo.
Nos decimos a nosotros mismos que solo podremos hacer lo correcto cuando él nos dé la fuerza para hacerlo.
Nos decimos a nosotros mismos que estamos realizando todas estas cosas negativas porque es nuestro karma.
Nos decimos a nosotros mismos que nos sentaremos a meditar cuando él quiera que lo hagamos.

Es importante recordar que el maestro no nos pide hacer nada que esté fuera de nuestro alcance. Es importante tener confianza en nuestra habilidad para seguir sus instrucciones. Esto significa que no hay excusa ni justificación alguna para incumplir con lo prometido a la hora de nuestra iniciación. El Gran Maestro nos dice:

Si el significado de la voluntad del Señor fuese que todo lo que pasa es porque tiene que pasar y que los esfuerzos del ser humano son absolutamente en vano, entonces ¿cuál ha sido el propósito de los maestros al encarnarse una y otra vez, impartiendo sus enseñanzas, esforzándose por celebrar discursos espirituales y publicar sus escritos? Los gurús nos dicen que es necesario que hagamos nuestros propios esfuerzos, pero estos deben ser acordes a la voluntad del Señor3.

Cuando estamos a los pies de un maestro, cuando nos damos cuenta de los sacrificios que hace para estar con nosotros, deberíamos recordar por qué está aquí:

  • Está aquí para decirnos lo que tenemos que hacer.
  • Está aquí para indicarnos las consecuencias de no vivir según la voluntad del Señor.
  • Nos dice que podemos vivir según su voluntad; ¡lo podemos hacer! Él intenta consolidar nuestra confianza.

Pedimos más cintas, más libros y más satsangs, aunque apenas absorbemos lo que se recoge en ellos. Incluso cuando formulamos preguntas, a menudo le interrumpimos durante sus respuestas. Lo que está recogido en 100 libros o 100 cintas o 100 satsangs está contenido en cada cinta, cada libro y cada satsang. No es por medio de la lectura de cientos de libros, escuchando cientos de CD o atendiendo a cientos de satsangs como lograremos la realización de Dios. Es más bien poniendo en práctica los principios que nos ofrecen como llegaremos a vivir y cumplir con la voluntad del Señor.

A buen entendedor, pocas palabras bastan: Una montaña de libros y cintas y satsangs se resumen en las instrucciones impartidas a la hora de la iniciación. Si seguimos estas instrucciones básicas estamos viviendo en la voluntad del Señor.

Y esta idea nos lleva de vuelta a la pregunta sobre nuestra habilidad para seguir las instrucciones, de poner los principios en práctica. El Gran Maestro reflexiona sobre esta pregunta:

El ser humano concibe miles de planes e implementa algunos de ellos, pero el destino toma asiento a su lado y se ríe de él. El esfuerzo es el resultado de la voluntad del ser humano. Sin embargo, el destino es el resultado de la voluntad de Dios4.

Vemos la definición del esfuerzo y de la gracia a través de esta cita. Es significativa. El Gran Maestro nos está diciendo que no tenemos control sobre cómo llegamos al punto donde nos encontramos. “El hombre propone y Dios dispone”. No elegimos a nuestros padres, nuestro país, el código genético innato que tanto determina, o el entorno en que vivimos.

Pero el Gran Maestro afirma algo extraordinario. Hay algo que sí podemos controlar: “El esfuerzo es el resultado de la voluntad del ser humano”. No dice que el esfuerzo sea el resultado de la voluntad del Señor o de la voluntad del maestro. Dice que es el resultado de la voluntad del ser humano. Parece que el Gran Maestro nos está diciendo que hay algo al fin que está en nuestras manos: nuestra capacidad de realizar un acto de voluntad para hacer el esfuerzo.

Es el esfuerzo lo que traerá el éxito.
Es el esfuerzo lo que hará que hagamos nuestra meditación cada día.
Es el esfuerzo lo que nos impulsará a realizar más seva.
Es el esfuerzo lo que nos obligará a tomar las decisiones correctas.
Y el esfuerzo tiene que venir de un acto de voluntad por nuestra parte.

Él nos lo da todo para permitirnos tener éxito. Pero depende de nuestra voluntad aceptar su regalo. Estamos hambrientos, la comida se encuentra en nuestro plato, pero tenemos que levantar la cuchara. Prácticamente cada página de cada libro habla de que nuestros esfuerzos se ven recompensados por su gracia. La recompensa espiritual de fundirse con el Shabad se nos concede como respuesta a nuestros esfuerzos.

Hemos escuchado el consejo “elevarse por encima de los conflictos”. El maestro personifica esto al más alto nivel. Lo ejemplifica con la afirmación: “Vive en el mundo, pero no seas del mundo”. ¿Acaso es posible para nosotros, los discípulos, llegar al nivel donde podamos elevarnos por encima de los conflictos y alcanzar ese estado donde podamos actuar en armonía con el Señor? ¿Podemos retirarnos y llegar a ese nivel donde podamos escapar de los dictados de la mente? El Gran Maestro nos ofrece una respuesta interesante a esta pregunta:

Cuando siguiendo las indicaciones de un maestro verdadero, uno lo entiende, se convierte en administrador de su voluntad. Haga lo que haga, lo realiza de parte del Señor. El Señor funciona a través suya. Su voluntad se convierte en la voluntad del Señor5.

Cuando seguimos las instrucciones del maestro, nos convertimos en administradores de su voluntad. Estamos actuando a otro nivel.

Baba Ji ha citado un dicho, parafraseando:

No camines detrás de mí, no puedo guiarte.
No andes delante de mí, no puedo seguirte.
Simplemente, camina a mi lado, y sé mi amigo.

El Gran Maestro amplifica este pensamiento:

Aquellos que actúan de acuerdo a la (Ley Divina) ley divina o (Voluntad) voluntad divina son compañeros conscientes de ella y actúan de conformidad a sus disposiciones6.

¡Qué manera tan maravillosa de describir este estado! El Gran Maestro está dejando claro que cuando seguimos las pautas del maestro, nos convertimos en administradores de su voluntad. Nos hacemos uno con su voluntad, por lo tanto, el Señor actúa a través de nosotros.

Además, el Gran Maestro nos dice que nos convertimos en (compañeros) colaboradores conscientes. Nos transformamos en ese amigo del que habla Baba Ji. Nos convertimos en su socio, compartiendo el esfuerzo de llevar a nuestra alma de vuelta a su hogar legítimo. Hemos abandonado la batalla con la mente y entrado de lleno en su mundo. Cada vez que meditamos, cada vez que practicamos lo que se nos ha enseñado, nos estamos fundiendo en la voluntad del Señor y convirtiéndonos en compañeros conscientes.

Reforcemos ahora estos conceptos sobre el maestro, el discípulo y la voluntad del Señor con unos extractos de Spiritual Perspectives:

Cuando el Padre desea que veas la luz y retires el velo de la oscuridad de tu interior, envía a un ser humano a nuestro nivel7.

El concepto de que el Padre quiere que veamos la luz es abrumador. En el caso de cada uno de los discípulos de un maestro verdadero, el Señor mismo determina que quiere que ese discípulo vea la luz.

¿Por qué entonces pondría el Señor algún impedimento en nuestro camino? Él quiere que veamos la luz. Él no enviaría a un maestro aquí a iniciarnos si no estuviera convencido de que podemos lograr el éxito. La respuesta debe ser que solo nosotros mismos creamos obstáculos en nuestro camino.

Ahora Hazur sigue con la cita:

Tienes que conocer a alguien que haya venido de Dios a nuestro nivel, y estando a nuestro nivel mantiene el privilegio de ser uno con el Padre. Dios solo le ha otorgado este privilegio a él, para que a través suya puedas ver la luz.

Este privilegio se le concede para que podamos depositar nuestra fe en él y practicar como corresponde, y entonces también experimentaremos esa misma luz que está en el interior de cada uno de nosotros8.

Tenemos que conocer a alguien que proviene de Dios, alguien con quien nos podamos identificar. Un santo no es un concepto, sino más bien la personificación de las enseñanzas de todos los santos. De él recibimos las instrucciones de primera mano para alcanzar la realización de Dios. Cuando estamos sentados ante el maestro, estamos a los pies de todos los maestros que vinieron anteriormente.

El maestro es el ejemplo. Cuando observamos la devoción del maestro hacia el seva, su disciplina, la manera en que trata a las personas, su forma de vivir en este mundo, tenemos ante nosotros un modelo a seguir.

El maestro es alguien a quien podemos amar y en quien podemos confiar. Hazur acaba de decir que al maestro se le envía aquí para que podamos “depositar nuestra fe en él”. La fe crea amor y el amor crea fe. Si le amamos, haremos lo que él nos pida. Si tenemos fe en él, haremos lo que nos diga.

Hazur también incluye una hermosa reflexión: “estando a nuestro nivel, mantiene el privilegio de estar con el Padre”. El maestro tiene este maravilloso privilegio ¡de estar en dos lugares a la vez! Cuantas veces hemos leído o escuchado que:

  • Los maestros quieren darnos todo lo que tienen.
  • El maestro quiere convertir al discípulo en algo parecido a él mismo.

Por lo tanto, podemos deducir lo siguiente: También nosotros –en esta misma vida, en este mismo cuerpo– podemos estar en dos sitios a la vez. El Gran Maestro nos dijo exactamente lo mismo: nosotros también (podemos convertirnos en administradores de su voluntad, cuando vivimos en su voluntad.

Volvemos ahora al punto de partida, de nuevo al papel que tenemos que desempeñar para elevarnos al nivel de vivir en la voluntad del Señor. Hazur nos dice en la cita anterior que “practiquemos como corresponde”. Es tan maravilloso tener a un maestro; es tan estupendo tener a alguien a quien amar; es tan magnífico escuchar las enseñanzas directamente de un ser que ha realizado al Señor. Somos tan felices a sus pies. Pero ¿de qué nos sirve todo esto si no tenemos la voluntad de realizar el esfuerzo y practicar como corresponde? Este esfuerzo por vivir según el mandato del Señor debe manifestarse de una forma sencilla:

  • Vivir en la voluntad del maestro.
  • Seguir sus instrucciones.
  • Vivir la vida.
  • Hacer nuestra meditación.

Hazur sigue respondiendo en Spiritual Perspectives:

A no ser que el Padre envíe a alguien a nuestro nivel y seamos capaces de poner nuestra fe en él, y después practicar y hacer lo necesario, por nosotros mismos no podremos eliminar el velo de la ignorancia o de la oscuridad y manifestar la luz interior9.

Finalmente, es el milagro de la gracia que subyace en todo. Comienza con el Padre enviando a alguien en quien podemos depositar nuestra fe; solo entonces podemos comenzar a ejercer nuestra poca voluntad para practicar y hacer lo que debemos hacer. Solo entonces podemos comenzar a emplear el esfuerzo para disipar el velo de la oscuridad, y para vivir en la luz interior.


  1. Maharaj Sawan Singh, Philosophy of the Masters, Vol. IV, 4th ed., page 88
  2. Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives, Vol. III, #284
  3. Philosophy of the Masters, Vol. IV, p. 87
  4. Ibíd., p. 83
  5. Ibíd., p. 80
  6. Ibíd., p. 74
  7. Spiritual Perspectives, Vol. II, #20
  8. Ibíd.
  9. Ibíd.