Estar solo y en soledad - RSSB Satsangs & Composiciones

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Estar solo y en soledad

Una de las situaciones con las que muchos han luchado durante este largo periodo de covid es estar solo, ya que en la mayoría de nosotros evoca sentimientos de soledad, de aislamiento, o incluso de abandono. Seamos jóvenes o mayores, para muchos de nosotros este sentimiento es difícil de soportar, porque nuestra experiencia se deriva de una carencia dolorosa, una falta de ser parte de algo; la incapacidad de pertenecer a alguien o estar en contacto con otros. Pero también es difícil porque nos hace enfrentarnos con el vacío que acompaña a la soledad, ya que la introspección se produce casi automáticamente cuando desaparece la distracción.

Los místicos consideran este sentimiento de soledad y abandono desde otra perspectiva; dicen que estos momentos de aislamiento, aunque sean difíciles para nosotros, son en realidad muy valiosos, porque es en esa soledad en nuestro interior que lo divino nos hace saber que existe. Es en ese vacío que la voz de nuestro verdadero ser, nuestra esencia divina, se hace claramente audible para nosotros, una voz frecuentemente ahogada por la actividad de nuestras mentes o el ruido externo.

Ninguna explicación lógica posible puede probar la existencia del Señor. Pero él da su propia prueba cuando crea esa soledad dentro de nosotros, y encontramos que ese sentimiento de soledad no nos abandona, no importa lo que podamos conseguir en este mundo. Esta es de hecho la inclinación del alma hacia su propio origen. No descansará hasta que no regrese a su propia fuente, su propio origen Así que la propia alma en el cuerpo prueba la existencia del Señor1.

Por esta razón, los místicos consideran estos momentos de estar a solas y experimentar la soledad como una bendición disfrazada. Porque entonces tendremos la oportunidad de experimentar la realidad y comprender la verdad. Porque, como dice Hazur:

Todos estamos solos en este mundo. Es un autoengaño pensar que alguien nos pertenece, o que nosotros pertenecemos a alguien. Es solo una falsa ilusión. Llega el momento en que todos nos damos cuenta del autoengaño, cuando nos despertamos de nuestro profundo sueño. Estamos solos porque el alma es la esencia de ese océano divino, y este sentimiento de soledad nunca va a abandonar al alma a menos que se fusione de nuevo con el océano. Este mismo sentimiento de soledad nos obliga a seguir el camino que nos lleva de vuelta a él. Si no fuera por esto, nadie se preocuparía por el Señor. Este sentimiento de soledad nos obliga a seguir el camino y nos lleva directamente hacia el Señor. Así que solo es cuestión de tiempo que nos demos cuenta de que estamos solos. Pensamos: Yo pertenezco a mi madre, mi madre me pertenece a mí. Tengo hermanas, hermanos, muchos amigos, mi esposa, mis hijos, mi propiedad, mi riqueza. Tengo tanto. Pertenezco a tantas cosas.

Pero en la vida de todos llega una oportunidad cuando uno se da cuenta de que está realmente solo en la vida. Nada le pertenece, y no pertenece a nadie en absoluto. Creo que es el momento más afortunado cuando aparece en la vida de cualquiera. …Cuanto antes se dé uno cuenta de este hecho, de que está solo, mejor será para esa persona2.

La soledad es una bendición disfrazada cuando nos hace comprender que estamos realmente solos. Se convierte en un regalo divino cuando podemos soportar su dolor. Cuando dejamos de intentar huir lanzándonos a la actividad y a la vida social, o buscamos distracción en los placeres de los sentidos, y en su lugar, lo aceptamos, e incluso le damos la bienvenida, y nos atrevemos a mirar en el espejo de nuestro corazón. Estar solo es una oportunidad para llegar a conocernos mejor; para tomar consciencia de la existencia de Dios y darnos cuenta de lo mucho que le necesitamos. Es una poderosa herramienta divina para enseñarnos a enfocarnos en él, para recordarnos e inspirarnos a vivir más y más en su presencia. Como dijo Hafiz tan acertadamente en uno de sus poemas:

No
Te rindas
A tu soledad tan rápidamente.
Deja que sea más
Profunda.

Deja que fermente y que te sazone
Como pocos ingredientes humanos
O incluso divinos pueden hacerlo.

Algo que falta en mi corazón esta noche
Ha hecho mis ojos tan delicados,
Mi voz tan
Tierna,

Mi necesidad de Dios
Absolutamente
Clara3.

Cuando tratemos de aprender esta lección llegará un día en que experimentaremos una apacible felicidad al estar solos, una dulzura en el dolor de la ausencia, y la gratitud nos templará el corazón, porque experimentar la soledad nos ha ayudado a volver a enfocarnos en Dios; nos ha fortalecido en nuestra práctica de meditación y, al hacerlo, nos ha llevado más y más a la presencia de lo divino. Es entonces cuando nos damos cuenta de que todos estos momentos de soledad y aislamiento han sido verdaderamente un regalo divino.


  1. Maharaj Charan Singh, Spiritual Perspectives Vol. 1, P. 14
  2. Ibíd, P. 399
  3. Hafiz, The Gift: Poems by Hafiz the Great Sufi Master, ed. D. Ladinsky; Penguin Compass Books, 1999, p. 277