Llevar el equipaje - RSSB Satsangs & Composiciones

Descargar | Imprimir

Llevar el equipaje

Ascensores, escaleras mecánicas y maletas con ruedas. ¿Qué tienen estas tres cosas en común? Nos facilitan el manejo de nuestro equipaje en los aeropuertos con el mínimo esfuerzo, especialmente cuando viajamos solos. Por supuesto, una vez que llegamos a nuestro destino y salimos del aeropuerto con nuestras múltiples maletas, la cosa cambia. Tarde o temprano, lo más probable es que tengamos que subir un tramo de escaleras: del andén de una estación de tren o metro a la calle, de la calle al hotel y, a veces, incluso a nuestra habitación en un piso superior. En ese caso, incluso los jóvenes en buena forma pueden tener dificultades, y qué decir de las personas mayores y los enfermos. Las escaleras son lo que nos convierte en iguales. A menos que haya ayuda disponible –un transeúnte dispuesto o un porteador cuya profesión es llevar el equipaje de A a B, a veces sobre sus cabezas– ¿cómo podemos subir sin ayuda?

¿No es esta pregunta tan válida para nuestro viaje espiritual como para nuestros viajes por el mundo? ¿Cómo podemos subir sin ayuda cuando llevamos una pesada carga de preocupaciones, inquietudes, apegos y deseos? Para este viaje, tenemos que desprendernos de todo lo que nos sobrecarga y nos frena y pedir ayuda al maestro.

Cuando hacemos un viaje de negocios o vacaciones, según los expertos en viajar ligero, debemos reducir sin contemplaciones el contenido de nuestras maletas al mínimo; lo que no podemos llevar, podemos comprarlo cuando lleguemos a nuestro destino, si es necesario.

¿Cómo podemos viajar ligeros en nuestro viaje espiritual? ¿Qué necesitamos llevar con nosotros? Nada. ¿Qué necesitaremos cuando lleguemos a nuestro destino? Nada.

Porque nada trajimos a este mundo, y es seguro que nada podremos llevarnos fuera de él.
Biblia, Timoteo 1, 6.7

Entonces, ¿qué debemos descartar sin contemplaciones? Todo: todas las cosas que perturban y llenan nuestra mente cuando nos sentamos a meditar.

¿Cómo descartaremos nuestros pensamientos, no solo en la meditación, sino a lo largo del día? ¿Cómo podemos dejar de preocuparnos por nuestras familias, nuestras finanzas, nuestra salud y de angustiarnos por cada pequeña decisión? Necesitamos la ayuda de alguien que nos quite ese peso de encima. Igual que un porteador nos libera de nuestro equipaje físico, para este sendero interior tenemos que buscar la ayuda de un maestro y luego dejar ir. Soltar nuestro equipaje físico, mental y emocional. Pedir ayuda y soltar cuando nos la ofrezcan.

¿Por qué es tan difícil para algunos de nosotros pedir ayuda? Desde pequeños, sobre todo en Occidente, nos han enseñado a valernos por nosotros mismos y a no depender de nadie. Esta independencia es buena. Pero llevada al extremo, el niño pequeño que aparta la mano de su madre mientras le ata los cordones de los zapatos, diciendo orgulloso “lo hago yo”, puede tropezarse con los cordones sueltos y hacerse daño; el viajero solitario que dice con firmeza, “puedo arreglármelas” tiene que subir y bajar escaleras múltiples veces, transportando cada pieza de equipaje una a una. Y el iniciado que se sienta a meditar puede desaprovechar décadas preocupándose por problemas mundanos en lugar de relajarse, concentrarse y elevarse.

En algún momento, al pie de las escaleras o al final de una meditación dispersa, con su gracia, quizá nos demos cuenta de que no podemos hacerlo todo solos. Demuestra fortaleza admitir nuestra impotencia, rendirnos a lo inevitable: “Por favor, por favor, ayúdame”.

La verdad es que no estamos solos, nunca lo hemos estado. Maharaj Charan Singh nos consuela:

El maestro siempre está dentro de ti. Él no está en ningún lugar fuera en absoluto… Nunca estamos solos, nuestro maestro está siempre con nosotros1.

El maestro está con nosotros en nuestros viajes fuera y dentro. Está ahí 24 horas al día, 7 días a la semana. Está ahí cuando nos preocupamos por cómo sacar el equipaje del compartimento superior del avión (un compañero lo baja), por cómo podemos bajar las escaleras hasta la pista cuando llegamos (un auxiliar de vuelo toma nuestra maleta); está ahí cuando nos enfrentamos con problemas en nuestras familias y en el mundo (un recuerdo repentino de nuestro maestro trae alivio instantáneo); él está ahí cuando estamos sentados en meditación distraídos en los asuntos de los días venideros (nuestra atención es atraída de nuevo a nuestro simran). Él está ahí y susurra constantemente. Como Maharaj Sawan nos aconseja:

Tus preocupaciones e inquietudes son las preocupaciones e inquietudes del maestro. Déjaselas a él para que se encargue de ellas. Habiéndote liberado de las preocupaciones, tu deber es cultivar el amor por él2.

¿Cómo llegamos al lugar dónde verdaderamente creemos que es posible soltarlo de forma segura y que él se ocupará de todo? Con Fe y Esfuerzo.

  • Fe: él ya nos ha hecho muchos regalos: el nacimiento humano, la iniciación, el anhelo. Nos ha dado acceso a su forma física incluso en esta época de covid a través de preguntas y respuestas semanales en línea, llamadas Zoom a nuestros sangats y visitas personales a algunos de nuestros centros. Nos está mostrando continuamente hasta qué punto está dispuesto a apoyarnos en nuestro sendero; así que, sin duda, podemos soltar y dejar que se encargue de nuestro equipaje.
  • Esfuerzo: nuestra meditación diaria nos llevará a nuestro maestro interior y a la verdadera fe que conduce a la entrega.

Maharaj Charan Singh explica:

Cuando tu mente está apegada al Shabad y Nam interior, entonces no piensas en el pasado ni te preocupas por el futuro… Cuando pones absolutamente tu mente en contacto con la luz y el sonido interior, automáticamente dejas de preocuparte. Obtienes esa dicha y felicidad dentro de ti3.

La meditación, como siempre, es la solución. Cuando vayamos a nuestro interior y experimentemos al maestro Shabad, nos envolverá en su amorosa bondad y no tendremos más dudas. La verdadera fe será nuestra. Así es como dejamos ir; así es como soltamos nuestras cargas; así es como viajamos sin preocupaciones, dentro y fuera.

Maharaj Charan Singh Ji dice:

Sin nada en nuestro bolsillo y el Padre con nosotros, esta es la mejor gracia que podemos tener del Padre4.

  1. Spiritual Perspectives, Vol. III, P #130
  2. Joyas espirituales, carta 117
  3. Spiritual Perspectives, Vol. III, P #254
  4. Legacy of Love, p. 438