Estar en Dera con el maestro - RSSB Satsangs & Composiciones

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Estar en Dera con el maestro

¿Qué significa para nosotros estar en el Dera? ¿Estar inmersos en el ambiente del satsang y de Dera día tras día? ¿Obtener esta oportunidad única de estar en la presencia de Baba Ji, escuchando sus enseñanzas? ¿Qué significa para nosotros estar inmersos en el amor indescriptible que emana de él? El Dr. Julian Johnson intentó demostrarnos lo importante que era para él estar con el Gran Maestro. Escribió:

...en toda la India y en toda la tierra, no hay lugar más sagrado que los pies de un santo vivo. Quien tiene el privilegio de sentarse allí, es más afortunado que todos los demás. Mirar a los ojos del amor divino, escuchar su voz llena de resonancias de la suprema ciencia espiritual, sentir las profundidades de la propia alma, el cálido resplandor de su sagrada luz, eso es algo que no se olvidará una vez experimentado. ¡Qué momentos tan valiosos!1.

¡Qué preciado es recibir las enseñanzas del maestro, mirar a los ojos del amor divino, escuchar su voz llena de resonancia de la cultura espiritual más elevada, sentir en lo más profundo del alma el cálido resplandor sagrado! De hecho es algo que jamás se debería olvidar.

Para tener una idea de lo preciados y únicos que son estos momentos de estar delante de un santo vivo, el siguiente texto budista puede ayudarnos.

La personificación de todos los budas del pasado, presente y futuro es nuestro gurú de raíz, el que posee todos los atributos y nos muestra la triple bondad de concedernos ayuda material, enseñanzas del dharma e iluminación... para conocer a un gurú así es tan difícil como que aparezcan flores en el cielo. Recibir su enseñanza es tan único como la apariencia de estrellas a la luz del día2.

Cuando estamos con el maestro en persona, estamos sentados a los pies de un santo vivo, nuestro gurú de raíz, y recibiendo sus enseñanzas en los satsangs. Realmente no es algo que debemos dar por hecho. Es una bendición increíble estar delante del maestro en persona. Obtener esta oportunidad es un regalo divino que se nos ha otorgado con un propósito.

El Gran Maestro ha escrito en su libro Mi sumisión, que estos momentos de estar con el maestro en satsang son importantes para nuestro progreso en empeños espirituales.

Las corrientes espirituales que emanan de él influyen poderosamente en quienes tienen el privilegio de estar en su compañía. Actúa como nuestro verdadero guía porque él mismo es el maestro de la espiritualidad. Llena nuestros corazones con la generosidad de su sabiduría espiritual. Aviva y eleva las almas de la congregación con su resplandor espiritual. Nos da su esencia vital, que ayuda a reunir con Dios a las almas separadas de él desde hace mucho tiempo… El satsang es una universidad espiritual que proporciona instrucción práctica en el proceso de unir el alma con el Nam. Es un taller extraordinario donde la persona es tallada, vestida, recortada y preparada para su unión con el Señor3.

Patrul Rinpoche, un bien conocido maestro tibetano budista, nos insta a jamás estar cansados de frecuentar la compañía del maestro.

Como un cisne nadando en un lago perfecto,
  o una abeja probando el néctar de las flores,
  jamás te canses de estar con tu maestro,
  pero inspírate, y siempre se receptivo hacía él.
A través de tal devoción experimentarás
  todas sus cualidades4.

Se oculta tanta belleza en las palabras de Patrul Rinpoche. Nos anima a estar con el maestro siempre que nos invite a estar con él – en Dera o en otro país. También nos impulsa a estar siempre abiertos y receptivos a él. Nos insta a escuchar con una mente y un corazón totalmente abiertos a sus enseñanzas sin juzgar, opinar, tener prejuicios o cualquier pensamiento perturbador incluso si no entendemos lo que dice o hace. Escuchamos con una mente y un corazón completamente abiertos para que sus enseñanzas puedan calar hondo dentro de nuestro ser, una y otra vez. Eso es lo que necesitamos porque somos completamente ignorantes. Realmente no sabemos nada. No conocemos el verdadero significado de la vida, qué exactamente quiere decir la muerte, o quienes somos realmente.

Otro acierto del mensaje es que él dice claramente que estar en la presencia de la forma física del maestro, nuestro gurú de raíz, es un medio. Como el Gran Maestro, señala que esta oportunidad de estar juntos nos ha sido brindada para inspirar y respaldarnos en la búsqueda de la iluminación; en nuestro objetivo de realizar a Dios. Es para fomentar nuestra práctica espiritual mientras ponemos las enseñanzas en acción en nuestra vida diaria. Practicando las enseñanzas es la manera de realizar a Dios. Es una forma de convertirnos en cada vez más receptivos al amor divino, la esencia de nuestro ser, la esencia de todas las vidas, ese Único Ser. El mensaje implícito de Patrul Rinpoche es: jamás te canses de hacer tu meditación. Nunca dejes de repetir el simran y el bhajan. Jamás te canses de ser receptivo al maestro, el Shabad interior, cada momento del día. Acepta la invitación de estar en su presencia allá donde estés, siempre que tengas la oportunidad, por medio de la incesante rememoración de las cinco palabras sagradas durante el simran, y siendo receptivo con una mente y un corazón totalmente abiertos durante el bhajan.

Muchas veces, Baba Ji nos ha revelado que Dios, la fuente divina y amorosa de la vida, es algo que debe sentirse, experimentarse. Recalca que, al recorrer este sendero espiritual, practicando nuestra meditación, no quiere decir que estamos yendo hacía un destino en concreto. No tenemos que llegar a un lugar en concreto donde hallaremos este amor divino. Simplemente debemos ser conscientes de lo que ya yace dentro de nosotros. Sencillamente tenemos que concienciarnos paso a paso que nosotros somos el amor divino, somos el Ser único.

La mayoría de nosotros somos como los dos pececillos que nadan en el océano, disfrutando la compañía el uno del otro y jugando, saltando, y revolcándose en las olas. Encuentran su camino en la oscuridad y en la luz, a veces buceando en la profundidad. Un día se cruzaron con un pez grande y sabio, que les dijo mientras pasaba: “Buenos días, queridos amigos, ¿qué tal el agua?”. Los dos pececillos siguieron su trayecto silenciosamente hasta que uno se atrevió a preguntar, “¿Qué es el agua? ¿Sabes de qué está hablando?”.

Es difícil imaginar que estos dos pececillos no sean conscientes del agua que es omnipresente en el océano. Está a su alrededor, dentro de ellos, en cada célula de su cuerpo, les sostiene. No son conscientes de su presencia y no saben lo que es el agua. Pero esta es exactamente nuestra situación, con referencia a Dios. Estando en el Shabad, en la omnipresencia de Dios, no somos conscientes de la divina presencia. No vemos que el amor divino está dentro de nosotros, en cada célula de nuestro cuerpo, sosteniéndonos. Obtenemos una vislumbre de esto cuando estamos con el maestro.

Baba Ji nos enseña, como los santos y místicos del pasado, que seremos conscientes de la presencia de Dios cuando nos aquietemos del todo. De esto se trata el proceso de la meditación: convertirnos lenta y progresivamente en completamente receptivos en el centro del ojo a través del simran y el bhajan. Por medio de esa devoción lentamente nos daremos cuenta de que somos divinos. Hay que tener fe en este proceso. Tener fe en él, en su mensaje. Tener fe en el Uno que nos ha traído aquí.

Cuando hayamos recibido el regalo preciado de residir en Dera, de estar con nuestro maestro, nuestro gurú de raíz, durante varios días o semanas, habremos obtenido la preciada y única oportunidad de dedicar nuestra atención completamente al trabajo espiritual. Aprovechemos al máximo lo que el maestro nos ha concedido durante estos tiempos y recordemos que él siempre está con nosotros, allá donde estemos, pase lo que pase, en el centro del ojo. Es ahí donde podemos estar con él en cualquier momento del día. Es ahí donde él nos espera. Lo único que tenemos que hacer es esforzarnos para estar con él, y eso significa sentarnos, cerrar los ojos, empezar a repetir los cinco nombres sagrados, y dejarnos llevar. Esto se expresa en una bella interpretación de uno de los poemas de Hafiz:

Simplemente siéntate ahí ahora mismo
No hagas nada
Solamente descansa.

Porque tu separación de Dios,
Del amor,
Es el trabajo más duro
en este
Mundo.

Deja que te traiga bandejas de comida
Y algo
Que te guste
Beber.

Puedes utilizar mis palabras cariñosas
Como un cojín
Para tu
Cabeza5.

En resumen, si estos momentos excepcionales de estar con el maestro en el satsang son tan preciados para nosotros y se nos han brindado como una inspiración; si realmente deseamos “mirar a los ojos del amor divino, escuchar a esta voz llena de resonancia de la cultura espiritual más elevada, y sentir en las profundidades de nuestra alma el cálido brillo de su sagrada luz”, no seamos descuidados cuando dejemos su presencia física. Mostremos nuestro aprecio y gratitud de todo corazón y démosle todo. Incorporemos las enseñanzas del maestro a nuestra vida diaria incluso más que antes, y demos lo mejor de nosotros, nuestro máximo esfuerzo para estar con él cada momento del día.


  1. Con el Gran Maestro en la India.
  2. Being Right Here: A Dzogchen Treasure Text of Nuden Dorje Entitled The Mirror of Clear Meaning, Verse 10, p. 58-59.
  3. My Submission, p. 145-148.
  4. Buddhism, Path to Nirvana, p. 215.
  5. Ladinsky, Daniel, The Gift: Poems by Hafiz, the Great Sufi Master, p. 183.